La recesión económica se profundiza como parte de un plan gubernamental para alcanzar un superávit fiscal rápidamente.
Se observa una disminución en las ventas en comercios, unidades productivas ajustando a la baja y una caída en la demanda de combustible.
Las ventas de hidrocarburos han disminuido entre un 15 y un 20% desde enero, lo que refleja menos traslados y movimientos de mercadería. A pesar de la disminución en la demanda, se esperan aumentos en los precios de los combustibles debido a la actualización del impuesto.
El gobierno busca evitar que los precios queden rezagados respecto a los costos de producción.