En tiempos de pandemia, todo acontecimiento deportivo representa un esfuerzo importante. No escapa el tenis a ese contexto mundial, con muchos cambios dentro del almanaque de las raquetas. Sin embargo, más allá de todas las variantes que se produjeron desde que el coronavirus hizo su irrupción, la gira sudamericana de canchas lentas consiguió mantenerse. Incluso, a pesar de perder un torneo insignia como lo era el ATP 500 de Río de Janeiro, postergado sin fecha. El circuito ATP regresa a estas latitudes con el Córdoba Open, y continuará la semana próxima con el Argentina Open, en Buenos Aires, y concluirá con el torneo de Santiago, en Chile, antes de mudarse al cemento norteamericano (Acapulco y Miami).
Más aún: el torneo de Córdoba, perteneciente a la categoría 250, tendrá el gusto de contar con un Top 10 como Diego Schwartzman como primer preclasificado. Para tener en cuenta: los jugadores de primerísimo orden tienen un calendario muy estructurado, con muchos torneos de carácter obligatorio (los 4 Grand Slams, 8 Masters 1000 y 2 ATP 500), lo que les deja muy poco margen para disputar otras pruebas. En ese sentido adquiere más trascendencia la decisión del Peque de jugar en su casa; obviamente, la comodidad de sentirse local tiene un papel preponderante. En puntos, sólo sumará si se consagra campeón en el Polo Deportivo del estadio Kempes. En 2020, vale recordarlo, perdió la final con el chileno Cristian Garín, que no regresó a defender el título.