Ayer cuando caía el sol un centenar de vecinos, amigos y familiares de Mariela Bessonart se concentraron en Plaza Centenario para recordar que aún a dieciséis años de su desaparición buscan justicia.
La movilización partió desde la plaza donde se leyeron sentidos mensajes en memoria de Mariela, mientras quienes estuvieron al frente de la marcha fueron sus hermanos Gladys y Domingo Bessonart.
En comunicación con nuestro medio Gladys Bessonart nos decía que: “me encuentro con mucha esperanza después de dieciséis año. La fiscal trabaja de manera muy reservada y no da muchas novedades, pero después de muchos años se está trabajando.
Frente a la consulta de por qué cree que los hijos de Mariela no se presentan como querellantes el la causa Gladys Bessonart concluyó que: “sobre ese tema no voy a opinar”.
El caso:
Mariela Bessonart fue vista por última vez el 28 de septiembre de 2005 en la puerta de un banco. El único imputado es quien fuera su marido y padre de sus hijos.
Según declaró Rodolfo Delpino ex marido de Mariela, ese día la llevó en su auto hasta el centro para realizar trámites bancarios. Para ese momento, la pareja ya estaba separada.
El hombre dijo que la dejó a unos 50 metros de la sucursal del Banco Nación y que él siguió para hacer otra trámites relacionados con un tema bancario.
Todo habría ocurrido poco después del mediodía. Desde entonces nadie más la vio. Nunca más contestó su celular y desapareció sin dejar un solo rastro.
Algunos meses después de la desaparición, varias pertenencias de la mujer fueron encontradas en un camino cerca de Alta Gracia.
En 2012 la Justicia Civil decretó su muerte: entendió que había fallecido la misma jornada en que desapareció.
Nunca se encontraron sus restos y la causa penal continuó.
La Fiscalía de Segundo Turno de los Tribunales de Villa María, a cargo de Dra. Juliana Companys, reabrió la investigación a principios de agosto: ordenó rastrillajes y otros operativos.
En uno de ellos, a partir de la utilización de georradares y perros especializados, se encontraron papeles y documentación relacionados al caso enterrados en un campo de la localidad de Tío Pujio, propiedad de Rodolfo Delpino, exmarido de Bessonart.
Hasta el momento la investigación sigue su curso y tiene a Rodolfo Delpino como único imputado del hecho de homicidio calificado por alevosía.
