En las últimas horas de la tarde, cuando caía el sol sobre la ciudad, en los tribunales de Villa María condenaban a Jonathan González, el femicida de prisión perpetua. La mujer fue asesinada de 18 puñaladas a fines de 2019.
Eve Flores y Edith Lezama camaristas, y los ocho miembros titulares del jurado popular, se conoció minutos antes las 19, luego de que deliberaran alrededor de dos horas también se encontraban en el recinto presidente del tribunal, Félix Martínez, y de la secretaria Gabriela Sanz.
El cuerpo de Ana Fernández fue encontrado en la vivienda ubicada en Malvinas Argentinas 2270, donde vivía el mismo tenia múltiples heridas de arma blanca, producto de las 18 puñaladas que le arremetió el femicida, quien fue arrestado ese mismo día en barrio Roque Sáenz Peña, oportunidad en la que se le secuestró una cuchilla de carnicero.
Ana fue asesinada frente a su nieto de 4 años, según confirmó por aquellos tiempos la fiscal Companys, quien además dijo que el femicidio se había producido poco después que los padres de la criatura salieran a comprar comida.
“El nenito llamó a su abuela paterna (que estaba en el domicilio de sus padres) y le dijo que su abuela tenía sangre. Ahí los vecinos llamaron a la Policía”, añadió la fiscal en declaraciones a los medios que la consultaron horas después del crimen.
Los otros hechos
Cabe señalar que, además del femicidio, el albañil estaba imputado por otros dos hechos cometidos durante 2018 en perjuicio de la propia Fernández: uno de “lesiones leves calificadas por el vínculo” y otro por “amenaza calificadas por uso de arma (blanca)”.
Sobre el primero de los delitos, jueces y jurados lo declararon culpable por unanimidad, mientras que por el segundo, por mayoría de votos, González fue encontrado autor responsable de “amenazas simples” ya que no se pudo acreditar de manera fehaciente la existencia de un cuchillo en la intimidación.
