La preocupación por evitar un rebrote de coronavirus en la Argentina lleva a las autoridades a evaluar nuevas medidas de prevención, principalmente para evitar que se agrave el efecto que pueden provocar las variantes brasileña y británica de COVID-19, que circulan en la zona sur de Latinoamérica, aunque todavía no registra circulación comunitaria en el país.
En ese contexto, el ministro de Salud de la provincia de Buenos Aires, Daniel Gollan, adelantó una de las medidas que piensan implementar el Gobierno a corto plazo: “Nosotros en estos momentos tenemos 7.000 turistas que tienen que regresar al país que están en estos lugares (en Brasil y zonas aledañas), por lo tanto, a partir del decreto que se renueva el día 12 de marzo (el próximo viernes) se va a restringir muy fuertemente la salida de nuevos turistas hacia las regiones de circulación del virus”.
“En cuanto a los que regresen, van a tener un sistema de cuarentena, se está estableciendo qué modalidad se va a difundir; cada provincia podrá usar metodologías mixtas, pero la idea es que sea un control muy, muy fuerte; que cumplan por lo menos 10 o 14 días con un PCR para que el virus no se disperse en nuestro país”, amplió el funcionario del gobierno de Axel Kicillof.
Sin embargo, dijo que “la famosa cepa inglesa o británica llegó a tener 4 o 5 detecciones en nuestro país y que aún no logró expandirse”.
Por último, señaló que la cepa de Manaos “está muy extendida en la zona de Sudamérica, sobre todo Brasil y países aledaños”, pero que todavía no se registró como forma comunitaria en Argentina. “Se han seguido los casos y los hemos logrado contener”, precisó.
En ese sentido, un reciente estudio alertó que la cepa brasileña también infecta a quienes haya tenido COVID-19 y a quienes se hayan vacunado.
Los expetos aseguraron que la variante brasileña del COVID-19, bautizada como P.1, podría tener una carga viral hasta diez veces más elevada y es capaz de evadir el sistema inmune de aquellas personas que ya tenían anticuerpos contra el coronavirus, revelaron otros dos estudios preliminares realizados por investigadores brasileños e ingleses.
“Probablemente hace las tres cosas al mismo tiempo: es más transmisible, invade más el sistema inmune y probablemente debe ser más patogénica”, dijo a la agencia de noticias EFE Ester Sabino, profesora de la Facultad de Medicina de la Universidad de San Pablo (USP) y coordinadora del grupo de la USP que participó en la investigación desarrollada por el Centro Brasil-Reino Unido para el Descubrimiento y Diagnóstico de Abrovirus (CADDE).