Jonathan Miguel Sosa, villamariense de 25 años, fue absuelto por falta de pruebas suficientes, mientras que Mario Edgardo Romero, nacido en Arroyo Algodón, con residencia en Villa María y de 52 años, fue condenado a cuatro años de prisión por vender drogas desde su domicilio.
El Tribunal resolvió absolver a Sosa por el beneficio de la duda, mientras que Romero fue declarado culpable de comercialización de estupefacientes.
Se le impuso una pena de cuatro años de prisión y una multa de $30.000, además de la recomendación de un tratamiento penitenciario para su problema de consumo de sustancias.